IMPORTANCIA DE LA POSTURA EN MINDFULNESS
Además de la motivación, para que la práctica de la Atención Plena enraíce y florezca en nuestra vida también es importante aprender una postura idónea. Aunque la práctica de Mindfulness puede realizarse en cualquier postura, para la práctica formal o meditación-Mindfulness la mejor manera es una postura estable que nos permita permanecer inmóviles períodos de tiempo progresivamente más largos con cierta comodidad.
Hay dos principios importantes que debemos conocer al buscar una postura adecuada con la espalda recta para realizar la práctica formal de mindfulness.
1. La postura debe permitir que te relajes y estés cómoda/o.
2. La postura debe permitir que te mantengas alerta y atenta/o.
Son dos principios vitales. Si estás incómodo, no podrás meditar. Si no te puedes relajar, no podrás disfrutar de la práctica formal y, muy importante, no podrás dejar ir los conflictos emocionales subyacentes que provocan tensiones físicas.
¿Estás iniciándote? Pues te voy a presentar varias posturas para que las explores, y según tu experiencia y el momento personal elijas una u otra.
A.- Acostado/a sobre una superficie dura y firme. Puede ser una esterilla o sobre la cama si el colchón es muy firme. Los brazos quedan extendidos a ambos lados del cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba.
Aunque quizás pienses que será muy cómoda, en el mejor de los casos, tu mente se obnubilará y es posible que te quedes dormida. Lo cual es un obstáculo para nuestra práctica de meditación Mindfulness.
Es una postura adecuada para la práctica de Atención Plena al cuerpo o body scan. También si tienes algún impedimento físico para mantenerte sentado/a.
B.- Sentado /a en una silla. Esta es mi preferida. La mejor manera de combinar la relajación y el estado mental atento y despierto. La silla que elijas debe tener el respaldo recto y el asiento firme. Te invito a que pruebes a sentarte sin apoyar la espalda en el respaldo, manteniéndola erguida, ya que ese equilibrio entre tensión-relajación facilita un estado mental más despierto y atento. La cabeza inclinada ligeramente hacia adelante metiendo la barbilla un poco hacia adentro de manera que miremos hacia abajo. Esto ayuda a evitar la excitación mental Los pies apoyados en el suelo y las manos sobre el regazo o sobre las rodillas (las palmas de las manos hacia arriba). Los ojos puedes mantenerlos suavemente cerrados o entreabiertos, con la mirada hacia abajo ya que si abrimos demasiado los ojos tendremos excitación mental.
Además esta postura para mí supone un beneficio secundario, ya que la mente se condiciona gracias al entrenamiento diario con nuestra práctica formal, y es fácil generalizar a lo largo del día en nuestra vida profesional y cotidiana en la que permanecemos horas sentadas, introduciendo las prácticas informales en forma de pausas de Atención a la respiración para conectar con esa calma mental y concentración.
Sentarte derecho te permite abrir el pecho, para que puedas respirar con libertad y esto, a su vez, te ayuda a desarrollar y mantener un estado de atención consciente alerta y relajada y abrir la puerta de tu mundo interior.
C.- En un cojín o zafu. Con la espalda recta, las piernas cruzadas y con los isquiones bien apoyados en el zafu. Es una postura que requiere flexibilidad y con la que no estamos muy familiarizados en occidente, por lo que puedes sufrir, y eso será contradictorio con respecto a la actitudes fundamental que cultivamos con Mindfulness como el amor, el ser amable contigo mismo/a.
D.- Caminando, muy recomendada cuando estamos cansadas, somnolientas o para aquellas personas que aunque se acaban de levantar por la mañana su biorritmo es lento.
Podemos practicar Atención Plena caminando tanto en casa como al aire libre (en el campo, la montaña o una playa tranquila). En este último caso, elegir un espacio poco transitado para evitar interferencias. En ambos casos elegimos un trayecto de cinco a veinte metros y lo recorremos en ambos sentidos dirigiendo la atención a las sensaciones propioceptivas de las piernas al moverse y de cada pie al tomar contacto con el suelo.
También te la recomiendo especialmente, a mí me encanta y te animo a explorar tu propia experiencia incluyendo esta postura como otra alternativa. La Atención Plena caminando nos acerca a momentos de la vida cotidiana como andar por la calle, subir las escaleras, dirigirnos al mercado, etc.
La postura encarna las actitudes de la Atención Plena o Mindfulness. Digna, estable y relajada.
Por otro lado, es una manera de expresar, exteriorizar e interiorizar dignidad y respeto hacia nosotros mismos y hacia el propio acto de meditar. Es un acto interno que se refleja en el exterior. Y el exterior también afecta a lo interno. Mantener una postura digna, firme, íntegra, segura, relajada nos aporta y nutre de dignidad, firmeza, integridad, seguridad, y relajación.
La postura es un ancla al maravilloso momento presente. Como ves sobre la postura no hay una respuesta única, solo pretendo invitarte a que explores tus experiencias y te invito a compartir, a preguntar y sobre todo te invito a mirar hacia dentro, a abrir esa puerta hacia tu mundo interior y empezar a desarrollar la Atención, el darse cuenta, el observador o testigo imparcial, la consciencia Plena, el estar presente Aquí y Ahora que nos permite ser conscientes de nuestra Sabiduría interna, de nuestra Esencia.
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Amalia Ortega García
Psicóloga, Pedagoga y Especialista en Mindfulness